lunes, 15 de junio de 2009

El huevo azul

La abuela de Federico compró media docenas de huevos blancos en el mercadito y los acomodó en la huevera de la heladera. Por la mañana, mientras se preparaba su tecito con leche para el desayuno, se dió cuenta de que uno de los huevos que hasta el día anterior habia sido blanco, ahora era de color azul.
La abuela agarró la bolsa de los mandados, se puso el huevo en el bolsillo del abrigo y se fué para el mercadito a hacer el correspondiente reclamo.
Después de explicarle a Don José tamaña desgracia, sacó el huevo del bolsillo, y grande fue su sorpresa cuando, al mostrarlo, el huevo había vuelto a ser blanco. Don José miró a su señora, que encogió los hombros y la Sra. de Don José miró a la abuela que tenía la boca abierta grande, muy grande. - Bueno -dijo la abuela-, me habrá parecido... Y se volvió a su casa a guardar el huevo en la heladera.
A la mañana siguiente… otra vez el huevo estaba de color azul.Poquitos minutos demoró la Abue en llegar a lo de Don José, pero cuando llegó, el huevo otra vez estaba blanco.La abuela decidió cortar por lo sano. El lunes abrió la heladera, y al ver al huevo azul entre los otros blancos, dijo con voz enérgica, pero no enojada:- ¿Se puede saber por qué te guardo blanco y amanecés azul...?Desde la huevera de la heladera salió una voz muy suavecita que dejó escapar un...“Me pongo azul porque tengo frío, mucho frío” , mientras le castañeteaban los dientes.
La abuela cerró la heladera, salió corriendo y volvió a las dos horas con una hermosa bufanda roja y blanca y un gorro azul con una borla roja, y se los colocó al huevo. Hace dos años que el huevo vive en la heladera de la Abuela y ya no amanece azul.

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